Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus es un libro escrito por el autor americano y consejero de relaciones John Gray. El libro ha vendido más de 50 millones de copias y, según la CNN, fue la novela no ficcional con mayores ventas de la década de 1990, a tal punto que llego a estar 121 semanas en la lista de más vendids. El libro y su metáfora central se han convertido en una parte de la cultura popular y las bases de los libros posteriores del autor, grabaciones, seminarios, vacaciones temáticas, shows de un solo actor en Broadway, series de televisión, videos de entrenamiento, un podcast, fragancias, guías de viajes y otros productos.
El libro establece que los problemas de relación más comunes entre los hombres y las mujeres son el resultado de diferencias psicológicas fundamentales entre los dos sexos, que el autor ejemplifica por medio de su metáfora epónima: que los hombres y las mujeres son de distintos planetas - los hombres son de Marte y las mujeres de Venus -y que cada sexo se aclimató a la sociedad y las costumbres de su propio planeta, pero no a los del otro. Un ejemplo clásico es la queja de los hombres quienes afirman que si ofrecen soluciones a los problemas que las mujeres traen a colación en la conversación, las mujeres no están necesariamente interesadas en la solución de esos problemas, sino sobre todo quieren hablar de ellos. El libro afirma que cada sexo puede ser entendido en términos de la formas distintas en que responden al estrés y las situaciones de estrés.
El libro establece que los problemas de relación más comunes entre los hombres y las mujeres son el resultado de diferencias psicológicas fundamentales entre los dos sexos, que el autor ejemplifica por medio de su metáfora epónima: que los hombres y las mujeres son de distintos planetas - los hombres son de Marte y las mujeres de Venus -y que cada sexo se aclimató a la sociedad y las costumbres de su propio planeta, pero no a los del otro. Un ejemplo clásico es la queja de los hombres quienes afirman que si ofrecen soluciones a los problemas que las mujeres traen a colación en la conversación, las mujeres no están necesariamente interesadas en la solución de esos problemas, sino sobre todo quieren hablar de ellos. El libro afirma que cada sexo puede ser entendido en términos de la formas distintas en que responden al estrés y las situaciones de estrés.
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